lunes, 2 de julio de 2012

Crónica


Alberto, un joven de 27 años el mayor de tres hermanos se despertaba muy temprano para ir a trabajar, todo parecía un día normal, desayuno junto a su madre como de costumbre y se despidió para iniciar su rutina.

Eras las 7h00 am en el sector de la Michelena al Sur de Quito, se prestaba a tomar el autobus que lo llevaría hasta la Colón y Amazonas , en medio de empujones y musica a todo volumen se fue aproximando hasta el centro norte de Quito. Ya por la Universidad Central, aunque no era su parada acostumbrada Alberto decide bajarse del bus. Iba recorriendo las calles capitalinas, admirando cada pintoresco paisaje y a cada persona que transitaba, ya aproximándose a su destino por la Av. 9 de Octubre y Carrión, Alberto en medio de sonrisas internas no toma la precaución necesaria y es envestido por un auto rojo conducido por un joven que hablaba por celular. Todo fue muy rápido, solo se escuchó un grito de fondo, Alberto se encontraba tendido en el asfalto inmobil, la gente que se encontraba en el sector formo una esfera a su alrededor, varios minutos despúes llego la policía junto a una ambulancia de la Cruz Roja, Alberto fue trasladado de emergencia al Hospital Eugenio Espejo.

Tras varias horas de espera dentro del hospital, los familiares de Alberto esperaban angustiados una noticia del médico de turno. De pronto se abre una puerta y una enfermera corea “los familiares del Señor Alberto Sanchez vengan por favor” su madre de forma presurosa acude al llamado y con lágrimas en los ojos escucha el informe de Doctor, “Señora su hijo a sufrido un daño en la columna, hemos intentando todo, pero lamentablemente, su hijo no podrá caminar”. Una imagen desgarradora se vivió en ese momento, la impotencia de la madre y el dolor del joven no tienen descripción.


Alberto ahora forma parte de la Misión Manuela Espejo, gracias al apoyo de la Vicepresidencia de la República, pudo recuperar su vida, “es realmente duro todo lo que he pasado, de ser una persona sana a tener una discapacidad física, pero con la bendición de Dios, el apoyo de mi madre y del gobierno central he podido salir adelante y seguir en mi lucha por ver bien a mi familia”.

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